Las bolsas de plástico están hechas de diferentes tipos de plásticos como HDPE, LDPE, PET, PP, etc. No son muy fáciles de reciclar y, como todos los plásticos, tardan siglos en degradarse.
Se cree que los plásticos fabricados contienen ciertos elementos químicos y tóxicos que se transmiten a los alimentos envasados o transportados en ellos y acaban entrando en nuestro organismo perjudicando nuestra salud.
Tanto o más importante, las bolsas de plástico suelen arrojarse o mezclarse con el resto de basura y basura y afectan incluso a los residuos biodegradables. A menos que se eliminen científicamente, los plásticos pueden bloquear los desagües, llegar a los ríos y océanos y dañar la vida marina y humana.
En vista de su efecto nocivo, especialmente porque ahora se usan en abundancia y son una amenaza creciente, muchos gobiernos estatales están prohibiendo las bolsas de plástico y otros productos desechables y de un solo uso.
Como sustituto del transporte de mercancías, las bolsas de algodón son una buena y práctica alternativa.
Tendremos que pensar en alternativas para el embalaje también a medida que las personas se vuelvan más conscientes y convencidas de los daños que se están causando.